A pesar de la recomendación de limitar la ingesta de alimentos antes de dormir, tampoco se aconseja acostarse con hambre. La sensación de hambre y el bajo nivel de glucosa pueden dificultar conciliar el sueño y reducir su calidad.
Evite los alimentos pesados y grasos antes de acostarse. En su lugar, unas horas antes de dormir consuma productos ricos en calcio y magnesio, como lácteos, verduras frescas, frutas, cereales y pan con salvado. Estos alimentos favorecen un sueño más confortable, ayudan a evitar los despertares tempranos y mejoran la calidad general del descanso.
Cuídese.
